26 de noviembre de 2023

Ayer enseñábamos a nuestros alumnos unas cajitas de regalo con la pregunta “¿Qué será, será?”

Pues sí, hoy ha finalizado nuestro curso de “Experto en Hipnosis ericksoniana y Comunicación Persuasiva” y las cajas eran nuestros regalos para celebrar la culminación de este proceso de crecimiento y formación que han realizado.

Milton Erickson fue un gran amante de la naturaleza y el cactus era una de sus plantas preferidas. Esta planta es para muchos símbolo de la fortaleza y la resiliencia.

La asociación metafórica entre el cactus y el enfoque terapéutico de Milton Erickson podría centrarse en la capacidad de ambos para adaptarse y florecer en entornos desafiantes. Podemos explorar esta metáfora desde diferentes puntos de vista:

1. Resiliencia: Así como los cactus son resistentes y pueden sobrevivir en condiciones adversas, el enfoque de Erickson en la terapia también podría considerarse como una forma de resiliencia. Su habilidad para adaptarse a las necesidades únicas de cada individuo y encontrar soluciones creativas podría compararse con la capacidad de un cactus para resistir condiciones climáticas extremas.
2. Flexibilidad: Los cactus a menudo tienen una estructura única y flexible que les permite almacenar agua y sobrevivir en condiciones cambiantes. Del mismo modo, Erickson era conocido por su enfoque flexible en la terapia, adaptándose a la personalidad y situación específica de cada cliente. Podría considerarse que ambos comparten esta calidad de flexibilidad.
3. Adaptación al entorno: Los cactus han evolucionado para adaptarse a entornos específicos, y Erickson también abogaba por adaptar la terapia al individuo y su entorno. La capacidad del cactus para prosperar incluso en lugares aparentemente inhóspitos podría simbolizar la capacidad de la terapia de Erickson para encontrar soluciones efectivas incluso en situaciones difíciles.
4. Crecimiento a pesar de las adversidades: Los cactus pueden crecer y florecer en condiciones en las que otras plantas podrían tener dificultades. Esto podría ser una metáfora para el proceso terapéutico según Erickson, donde el crecimiento y el cambio positivo pueden ocurrir incluso en circunstancias desafiantes.