Practicando Qigong (Chikung)
Cultivando bienestar y longevidad a través del aprendizaje
Actualizado el 25 de octubre de 2023
En 2016 empecé a practicar qigong. Mi motivación fue buscar un espacio donde pudiese seguir realizando prácticas meditativas pero con el cuerpo.
Me resulta más sencillo dirigir mi atención al movimiento, a la respiración que se requiere en cada paso, y mi mente está centrada en el aquí y el ahora de un modo más amable.
Durante el curso siguiente, nuestro profesor organizó un viaje a la China, para practicar, in situ, esa disciplina milenaria en la Daoist Traditional Kungfu Academy en Wudang.
Ese viaje cambió mi vida, era la primera vez que viajaba sin mi familia, que no tenía que organizar, gestionar ni planificar nada, simplemente dejarme llevar, y vivir el momento presente.
Nuestra escuela estaba en un antiguo y decadente edificio. Compartíamos formación con personas de todo el mundo, algunas asiduas, otras primerizas, como yo.
Practicando Qigong
Cada día, iniciábamos las clases a las 6 en punto de la mañana, practicábamos una hora, con una disciplina casi militar, primero estirábamos y después realizábamos la serie de qigong.
Desayunábamos, y a las nueve volvíamos a entrenar hasta la hora de comer.
De tres a cuatro, meditábamos y a partir de las seis volvíamos a entrenar hasta las nueve de la noche.
Esos días fueron duros, por el calor, la humedad, la exigencia, pero a la vez reveladores, por los beneficios que percibí en mi cuerpo y en mi mente; aumentó mi elasticidad, mejoré mi coordinación y mi lateralidad, así como la consciencia corporal.
Mi mente dejó de viajar y se posó en el presente.
Qigong en la medicina tradicional china
En la China, hay hospitales que usan qigong como parte de sus terapias sanadoras y como complemento a la medicina tradicional china.
Sus movimientos suaves se adaptan a cualquier edad y condición física, se busca el equilibrio energético interno entre el yin y el yang y se integra cada movimiento, con la respiración y la atención de la mente.
Una aproximación a la traducción de la palabra qigong es trabajo con nuestra energía vital (Qi: energía vital, gong: trabajar / cultivar)
Cuando practicamos, estamos haciendo prevención y los beneficios no solo repercuten a nivel físico sino que también incluyen bienestar mental y emocional.
Mi tesoro Qigong
Cuando iniciamos una serie nueva, se hacen muy evidentes las fases del aprendizaje; partes de la incompetencia inconsciente. Al comenzar a observar los movimientos y practicarlos, entras en la incompetencia consciente, dándote cuenta de la cuesta que tienes delante y empiezas la ascensión, practicando hasta la náusea, y consiguiendo la competencia consciente, y es en ese preciso momento, cuando la atención puede perderse al aparecer el piloto automático, porque la competencia ya se ha hecho inconsistente y aquí es donde el meditador tiene que dirigir su atención consciente al aquí y ahora.
A medida que se aprenden series nuevas, disminuye la dificultad en la coordinación y ejecución de los movimientos, el cerebro genera conexiones neuronales nuevas, la concentración aumenta, así como la salud física, emocional y mental.
Un proverbio chino dice que “el aprendizaje es un tesoro que te seguirá a cualquier lugar”, aprender qigong, además, te regalará bienestar y longevidad, ¿te animas?