Estrés y Alimentación
Cómo el estrés afecta nuestros hábitos alimentarios
Actualizado el 26 de octubre de 2023
Y esto me recuerda una historia…
Es un martes al mediodía y estoy en un restaurante esperando a que me sirvan lo que acabo de pedir para comer. Mientras espero, miro a mi alrededor. Es un espacio acogedor que invita a disfrutar de la propia compañía. La mayoría de las mesas son pequeñas y están ocupadas por una sola persona. Imagino que se están tomando un descanso en su jornada laboral para comer.
Aunque la mayoría están solos, llega hasta mí el sonido de sus voces: varios de ellos están hablando por teléfono.
En mis años universitarios, tuve una profesora de Antropología Cognitiva que me marcó. Una vez dijo que una de las cosas que identificaba a sus estudiantes era la curiosidad por la conducta humana.
Yo no he perdido esa curiosidad y, mientras espero, despiertan mi interés muchas cosas del contexto en que me encuentro. La mayoría de las personas que están comiendo allí, sostienen en una mano el móvil mientras comen con la otra.
Algunas, además, tienen sobre la mesa papeles o tablets que parecen jugar un papel importante en lo que están diciendo. A lo lejos, veo una persona que tiene sobre la mesa su portátil abierto, con la mirada fija en la pantalla. Todos comen bastante deprisa y varios de ellos mastican y hablan al mismo tiempo. Ninguna de esas personas parece prestar atención a lo que está comiendo o al hecho mismo de comer.
Si yo acabase de aterrizar en este lugar viniendo de otro planeta y no hubiese visto nunca un restaurante, una cosa llamaría mi atención…
En el momento de comer, nadie está SOLO comiendo.
La multitarea como fuente de estrés
Lo que estoy observando es algo que suele repetirse en el día a día de muchos de nosotros. Habitualmente, nos movemos en el ámbito de la multitarea.
Nuestra atención se va con frecuencia del momento presente para viajar por el pasado o visitar el futuro. La mente tiene esa capacidad y esa es una de nuestras fortalezas, pero, cuando se convierte en la forma habitual de desfocalización de la atención, provoca desgaste y ese desgaste es el estrés.
Problemas al desconectar del momento presente
El hecho de no prestar atención al momento presente y viajar a toda velocidad por el tiempo provoca, como mínimo, tres problemas:
- Nuestro sistema trabaja a pleno rendimiento de forma continuada.
- Nos desconectamos de la vida, puesto que solo podemos vivir en el presente.
- Aparecen emociones que quizás nos desbordan.
Y esto es muy importante para establecer la relación entre estrés, emociones y alimentación.
El estrés como respuesta evolutiva
El estrés ha sido una respuesta evolutiva que nos ha salvado de muchos peligros y nos ha permitido llegar hasta aquí. Posibilitando, por ejemplo, que nuestras piernas nos alejasen de animales más fuertes que nosotros en formas de vida más primitivas que la actual.
El problema es que seguimos activando el mismo sistema de emergencia cuando percibimos alguna amenaza a nuestro bienestar. Reaccionamos de la misma forma a la percepción de peligro, aunque ese peligro solo esté en nuestra mente.
La huida o el ataque ya no es siempre la mejor respuesta adaptativa. Necesitamos una mayor consciencia de lo que está ocurriendo para que no se dispare la misma respuesta automática. Aunque quizás esta respuesta permitió a nuestros antepasados salvar la vida cuando, por ejemplo, eran perseguidos por un animal enorme.
Es importante asumir que nuestro equilibrio se va a ver amenazado con relativa frecuencia, aunque no nos persigan ya animales del Paleolítico.
En la vida, si algo permanece, es el cambio.
El piloto automático
La prisa NO es, en la mayoría de las situaciones, la mejor respuesta para los problemas actuales. Aunque, cuando se nos dispara el piloto automático, no nos damos cuenta de ello.
Es importante tener en cuenta que una mente estresada no da buenas respuestas adaptativas sino que, más bien, las respuestas que da acaban convirtiéndose en causas de estrés. Un ejemplo de ello es la relación entre estrés y alimentación: la mala alimentación aparece como daño colateral del estrés.
Relación entre estrés y alimentación
Vamos a presentar algunas pinceladas interesantes sobre la relación entre estrés y alimentación. Una cebra o una persona que huyen para salvar la vida en un entorno muy distinto al nuestro, no piensan en la comida. Su vida depende, en ese momento, de sus piernas y su cuerpo activa el sistema de emergencia que posibilite salvar la vida. Estaremos de acuerdo en que pararse a comer en esa situación de emergencia no sería muy adaptativo.
Es interesante darse cuenta de que el mecanismo de emergencia es el mismo ante el peligro de un animal enorme que te persigue que ante cualquier “animal mental” es decir, ante cualquier percepción de peligro.
Cuando sentimos que nuestra capacidad de respuesta no es suficiente para atender a lo que percibimos como demandas del entorno se nos activa el mismo mecanismo de emergencia. Por eso, perdemos el apetito cuando estamos estresados. Sin embargo, también hay personas que manifiestan comer “cualquier cosa” aunque no tengan hambre cuando están bajo los efectos del estrés
Estrés y mala alimentación
Algunos estudios hablan de que el estrés convierte en hiperfágicas (comen más) a 2/3 de las personas. Y, por otro lado, el estrés tiene el efecto contrario en 1/3 de ellas. También se ha observado que las personas hiperfágicas por estrés parecen desarrollar más inclinación por los carbohidratos. Aunque no está del todo claro si esta “preferencia” es fisiológica o sociológica si tenemos en cuenta que los alimentos ricos en carbohidratos suelen ser más rápidos de preparar.
La que sí está clara es la relación entre estrés y alimentación y no precisamente para conseguir una alimentación más saludable.
Como hemos visto, bajo estrés, actuamos con prisa y con dispersión de la atención lo cual puede provocar emociones que nos lleven a una alimentación desconectada del proceso de comer. Como consecuencia, también desconectamos de las sensaciones corporales.
Efectos del estrés sobre la alimentación
El estrés tiene tres efectos básicos sobre la alimentación:
- Activación de pilotos automáticos: repetición de patrones antiguos de alimentación.
- Confusión entre hambre y sentimientos: al vivir desconectados del cuerpo no diferenciamos entre las sensaciones emocionales y el hambre. Por lo tanto, respondemos de forma incorrecta a las emociones.
- Desconexión del momento: mientras la mente viaja (pasado-futuro) desconectamos del momento presente e ingerimos los alimentos sin prestar atención a lo que hacemos. Esto provoca que engullamos más allá de nuestras necesidades porque, desconectados de las sensaciones en el estómago, no somos conscientes de cuándo nuestro cuerpo nos está diciendo que ya es suficiente.
Por eso, prestar atención a lo que comemos y a las sensaciones corporales forma parte del proceso educacional diseñado por el Departamento de Coaching en los diferentes métodos de PronoKal Group.
Solución a los efectos del estrés sobre la alimentación
Es importante ser consciente de que las soluciones repetitivas no son necesariamente adaptativas. Bajo estrés, aparecen emociones que provocan respuestas no adaptativas que, a su vez, se convierten en estresores (fuentes de estrés). Y esto cierra el círculo vicioso estrés, emociones y alimentación (convirtiéndose mutuamente en causa y consecuencia el uno del otro). Esto pasa factura y el precio puede ser alto. ¿La solución?:
- Empezar por ralentizar el ritmo de vida
- Comer de forma más consciente
Quizás puedan parezcan unas soluciones complicadas o difíciles. Se trata de empezar poco a poco, paso a paso… Recordemos que estamos hablando de salud y bienestar.
Como idea, proponemos empezar por la formación en alguno de nuestros programas de reducción de estrés, aumento de la concentración y toma de consciencia plena del aquí y el ahora.
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