Aprendiendo a vivir con el corazón abierto
Cómo la práctica de la atención plena y la autocompasión pueden ayudarnos a aceptar las emociones y vivir una vida en plenitud
Actualizado el 25 de octubre de 2023
Vivir con el corazón cerrado puede causar sufrimiento emocional y limitar nuestra capacidad para conectarnos con nosotros mismos y con los demás. La práctica de la atención plena y la autocompasión pueden ayudarnos a aprender a aceptar las emociones, soltarlas y vivir con el corazón abierto. En este artículo exploramos cómo la práctica de estas habilidades puede ayudarnos a vivir una vida más plena y auténtica, permitiendo que las emociones fluyan libremente y apreciando las experiencias de la vida, tanto positivas como negativas.
Mantener el corazón abierto significa estar abierto a las emociones, a las relaciones y a las experiencias, tanto buenas como malas. Significa no cerrarse a las cosas debido al miedo, al dolor o a la incertidumbre.
Mantener el corazón abierto nos permite:
- Sentir emociones completamente y procesarlas de manera efectiva
- Crear relaciones saludables y significativas
- Aceptar y aprender de las experiencias, tanto buenas como malas
- Ver la belleza y el potencial en las personas y en el mundo
- Experimentar una mayor empatía y compasión hacia uno mismo y hacia los demás
- Experimentar una mayor alegría, gratitud y amor en la vida.
Sin embargo, es importante recordar que mantener el corazón abierto no significa ser vulnerables o permitir que otros nos lastimen. Significa encontrar un equilibrio entre estar abiertos y protegernos a nosotros mismos.
Es cierto que estar abierto a las emociones puede ser difícil y a veces doloroso, especialmente si se tratan de emociones difíciles como la tristeza, el enojo o el miedo. Sin embargo, evitar o reprimir estas emociones a menudo puede llevar a problemas de salud mental a largo plazo, como depresión o ansiedad.
La clave es aprender a manejar y procesar estas emociones de manera saludable, en lugar de evitarlas o reprimirlas. Esto puede conseguirse utilizando estas estrategias:
- Aceptar y permitir que las emociones surjan, en lugar de resistirse a ellas
- Hablar sobre tus emociones con un amigo o terapeuta de confianza
- Practicar la meditación o la atención plena para ayudar a reconocer y aceptar tus emociones
- Practicar la autocompasión para tratarte a ti mismo con amabilidad y comprensión
- Buscar ayuda profesional si te sientes abrumado o no puedes manejar tus emociones de manera efectiva.
Mantener el corazón abierto significa estar disponible para las emociones, pero también significa aprender a cuidar de uno mismo y a protegerse de las emociones dañinas. Es importante recordar que todos experimentamos emociones difíciles en la vida, y esto es normal y esperado.
Aceptar las emociones
La metáfora de “la casa de huéspedes” de Rumi se relaciona con estar abierto a las emociones y a las experiencias. Se refiere a nuestra mente y cómo recibimos a diferentes emociones y pensamientos como huéspedes en nuestra mente.
Rumi sugiere que debemos tratar a estos huéspedes con amabilidad y hospitalidad, y no negarles la entrada o tratarlos mal. Debemos darles la bienvenida y permitirles que se queden, pero también debemos recordar que son pasajeros y no deben quedarse para siempre.
La metáfora de la casa de huéspedes también se relaciona con la idea de no aferrarse a las emociones o pensamientos negativos, sino permitirles pasar. Esto se relaciona con el concepto de “estar presente” y “no aferrarse” en la meditación y la atención plena, y se relaciona con la idea de estar abierto a las emociones, pero también aprendiendo a soltarlas.
Soltar las emociones
Es importante soltar las emociones negativas por varias razones:
- Prevenir la acumulación de emociones negativas: cuando reprimimos o evitamos las emociones negativas, estas pueden acumularse y causar problemas de salud mental a largo plazo, como depresión o ansiedad.
- Mejorar la salud física: las emociones negativas, como la ansiedad o la preocupación, pueden tener un impacto negativo en la salud física, como aumentar la presión arterial o debilitar el sistema inmunológico. Soltarlas puede ayudar a reducir estos efectos negativos.
- Mejorar las relaciones: las emociones negativas, como el enojo o la tristeza, pueden afectar negativamente las relaciones. Aprendiendo a soltarlas, podemos manejarlas de manera más saludable y tener relaciones más saludables y satisfactorias.
- Mejorar la capacidad de tomar decisiones: cuando estamos abrumados por las emociones negativas, es más difícil tomar decisiones claras y objetivas. Soltarlas nos permite ver las cosas con más claridad y tomar decisiones más informadas.
- Aumentar la resiliencia: la capacidad de soltar las emociones negativas es una parte importante de la resiliencia, la capacidad de recuperarse de los desafíos y las adversidades.
Y es importante tener en cuenta que las emociones negativas son consideradas como aquellas que causan un desequilibrio emocional y suelen tener un impacto negativo en nuestra vida, como el estrés, la tristeza, el enojo, la ansiedad, la vergüenza, entre otros.
Sin embargo, no hay que considerarlas como “malas” o “negativas” per se, ya que todas las emociones son parte natural del ser humano y tienen una función importante en nuestra vida.
Algunas emociones negativas pueden ayudarnos a reconocer situaciones que requieren nuestra atención y a tomar medidas para protegernos a nosotros mismos. Por ejemplo, la ansiedad puede ser una señal de que algo en nuestra vida requiere nuestra atención. También pueden ayudarnos a conectarnos con los demás y a apreciar las cosas buenas de la vida.
Estar abierto a todas las experiencias de la vida
Y sí, es posible llegar a aceptar las emociones, soltarlas y sentirse bien viviendo con el corazón abierto. La práctica de la atención plena y la autocompasión pueden ayudar a desarrollar esta habilidad.
Aceptar las emociones significa reconocerlas y permitir que estén presentes, sin juzgarlas o tratar de evitarlas. Esto ayuda a procesarlas de manera saludable y a no dejarnos abrumar por ellas.
Soltar las emociones significa dejar de luchar contra ellas y permitir que fluyan libremente, en lugar de reprimirlas o evitarlas. Esto ayuda a liberar la tensión acumulada y a no dejarnos atrapados en ellas.
Vivir con el corazón abierto significa permitir que las emociones fluyan libremente, sin juzgarlas o evitarlas, y estar disponibles para las experiencias de la vida, tanto positivas como negativas. Esto ayuda a vivir una vida más plena y auténtica.
Practicando la atención plena y la autocompasión, se puede aprender a aceptar las emociones, soltarlas y vivir con el corazón abierto, permitiendo que las emociones fluyan libremente y apreciando las experiencias de la vida, tanto positivas como negativas.
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